Normalmente, el invierno en Madrid es frío, y durante la noche las temperaturas pueden bajar por debajo de los cero grados, y en enero es frecuente que caiga alguna nevada, aunque en Madrid no suele cuajar en el núcleo urbano. El primavera, lo que más destaca en la climatología es el incremento del viento, se incrementan las lluvias y los días son más largos cada día.
Durante el verano, las temperaturas son más elevadas, incluso se podría decir que excesivamente calurosas. Lo bonito de esto es que es uno de los pocos lugares que te permite disfrutar de un paseo nocturno con la vestimenta más veraniega.
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